El proyecto

En busca de lo sagrado

«El inconsciente colectivo es un lenguaje común a los seres humanos constituido por arquetipos ancestrales, innatos e inconscientes presentes en cualquier tiempo y cultura. Un sustrato primitivo que se ubica por debajo del inconsciente personal – como los instintos – y que está más allá de los límites de la razón.»

Carl Gustav Jung

 

Cada 12 de diciembre alrededor de 14 millones de personas llegan a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en el corazón de la Ciudad de México, en una peregrinación donde cada individuo busca un contacto propio con lo divino. Del mismo modo, todos los años, cientos de millones de peregrinos recorren caminos en todo el mundo hacia sitios sagrados. El Vaticano recibe entre 220 y 250 millones de visitantes al año, el santuario de Fátima 6 millones, la Meca 2.5 millones. Festivales como Kumbh Mela en la India reciben hasta 75 millones de personas en pocos días.

Existen sitios “sagrados” de todos tipos. Algunos aparecen repentinamente por reportes de sucesos milagrosos, y otros son tan antiguos como la Tierra misma. Algunos son mundialmente conocidos y otros, santuarios casi personales.

A lo largo de la historia humana, millones de personas han escapado de su vida ordinaria para emprender una búsqueda de paz en presencia de lo sagrado. Algunos son viajes de purificación, diseñados para eliminar el desorden y silenciar el ruido de su mundo habitual, fortaleciendo así su creencia espiritual. Otros se hacen como una demostración de fe o como una petición de ayuda divina. Y otros son rituales de identidad o ejercicios de solidaridad religiosa. Emprender un viaje en busca de lo sagrado es algo que ha movido al hombre desde siempre.

Lo sagrado inspira un sentido de propósito y de pertenencia; un acto de realización. Bajo esta premisa, lugares seculares pueden tener el mismo efecto que lugares religiosos ya que en el acto del peregrinaje es donde los ideales, no sólo los dioses, se engrandecen. Como la belleza, lo sagrado se encuentra en el ojo de cada persona; el corazón decide creer y emprender un viaje con una finalidad superior: el crecimiento interior.

En busca de la supervivencia

«La migración animal representa un viaje colectivo de supervivencia de la especie, que requiere de una premeditación y voluntad épica que está codificada en su instinto. Lo que define la migración no es la distancia, sino el propósito.

Remontarse a una memoria que no se sabía tener hasta emprender el vuelo para recordarla.»

W. S. Merwin

 

Mientras las personas se movilizan hacia lo sagrado, pareciera que millones de animales viajan para darle sentido a su existencia, y no sólo preservar su especie. En diciembre, mientras la Basílica de la Virgen Guadalupe es centro de peregrinación humana, el Golfo de Cortés en México acoge la llegada de miles de ballenas grises en su migración anual. Estos animales viven durante el verano en el Océano Ártico junto a las costas de Alaska donde abunda la comida, y cuando baja la temperatura migran hacia el sur a lo largo de toda la costa de Norteamérica hasta llegar a estas aguas propicias para su reproducción, recorriendo 9,640 km.

Como las ballenas grises, muchas especies migran como forma de vida. La mariposa Monarca, usando el sol como compás, realiza una travesía anual en busca de la asclepia, que es la única planta en donde pone sus huevos. El recorrido va desde el noreste de Estados Unidos hasta los valles del centro de México en un viaje redondo de 6,500 km. Es una travesía multigeneracional en la que ninguna mariposa completa el recorrido. El Halcón de Swainson, utilizando las corrientes del aire, vuela en grandes parvadas en busca de comida, viajando hasta 13,200 km en un recorrido que va desde Canadá hasta las pampas argentinas, con breves paradas en el camino.

En busca de la hierofanía en lo cotidiano. Un viaje de ida y vuelta

Hierofanía. Del griego hieros (ἱερός) = sagrado y faneia (φαίνειν)= manifestar. Es el acto de manifestación de lo sagrado.

 

Emprendemos este proceso creativo a partir de la noción de que el hombre experimenta una hierofanía cuando toma conciencia de su situación, y para lograrlo, buscamos distanciarnos del entorno en el que vivimos, pautado por leyes, dinámicas y falsas necesidades que nos distraen de la toma de conciencia personal.  Como peregrinos, queremos emprender un viaje para librarnos de lo ordinario, explorando el mundo en una búsqueda para encontrarnos. Escucharlo y observarlo para desarrollar la capacidad de encontrar lo sagrado en lo que nos rodea y entonces regresar al punto de partida siendo nosotros mismos, de una forma más real y profunda.

Tomamos como elementos de inspiración aspectos inherentes de la migración animal, como los que postula el biólogo evolucionista Hugh Dingle, que para entender la esencia del fenómeno de las migraciones, identifica cinco características que se aplican, en diversos grados y combinaciones, a todas ellas. Son movimientos prolongados que llevan a los animales fuera de sus hábitats familiares; tienden a ser lineales; involucran comportamientos especiales de preparación (como la alimentación excesiva); requieren  administración de la energía (periodos de descanso a lo largo del recorrido); concentran la atención en la finalidad superior, que los mantiene enfocados sin distraerse con tentaciones, superando obstáculos que otros animales no enfrentarían. Estos principios nos dan la pauta para lograr el objetivo principal de nuestra travesía, en donde la logística, el diseño de la ruta, los periodos de recorrido, descanso y alimento, tienen como principal finalidad la de lograr la supervivencia del viaje mismo.

La exposición

 «El arte es, para nosotros, una aventura hacia un mundo desconocido, que sólo puede ser explorado por aquellos que estén dispuestos a asumir riesgos.»

Mark Rothko

Nuestra pasión por la generación y retrato del espacio (en el caso de Ivan desde la arquitectura y las artes plásticas, y en el caso de Gala desde la escenografía, la dirección de arte y el diseño de eventos) es resultado en gran medida, de la fascinación que nos genera el entorno. Desde una exploración personal y a partir de los viajes que hemos realizado juntos, descubrimos el despertar que surge del alejamiento de nuestro contexto y el enfrentamiento a lo desconocido, y como eso puede convertirse en una gran fuente de inspiración creativa. A partir de estas inquietudes diseñamos este proyecto enfocado en una travesía que es vehículo de creación artística basada en el viaje mismo.

Este proyecto no busca ser un retrato de lo que sucede a nuestro alrededor, un momento o fenómeno definido a lo largo del trayecto, sino la esencia atemporal del mismo que se genera a partir de nuestra propia experiencia de enfrentamiento con lo desconocido y la interpretación artística que hacemos de la misma. Vamos en busca de lo trascendente en lo cotidiano.